Un ejercicio interesante, que seguro todos hacemos, es visionarnos hace un año (hacerlo con el mayor detalle posible, tanto en lo exterior como en lo interior) para cerciorarnos de si se han complido nuestros objetivos. Curiosamente, mientras hacía el ejercicio, ha llegado a mí este cuento que comparto con vosotros para que os ayude a reflexionar, deseandoos que encontréis la paz anhelada.
Había una tribu africana que ayudaba a los exploradores y les hacían de guías por la selva, cuando las caminatas se hacían muy deprisa, los indígenas invariablemente de donde estuvieran, y sin avisar, se sentaban a esperar.
Cuando los exploradores les preguntaron, estos les dijeron que cuando andaban muy deprisa sus almas quedaban atrás, y debían esperar para recuperarlas.
Cuando los exploradores les preguntaron, estos les dijeron que cuando andaban muy deprisa sus almas quedaban atrás, y debían esperar para recuperarlas.
La vida va muy deprisa y la mayoría no hicimos todo lo que nos propusimos.
El mejor remedio es parar, recuperar tu alma, confiando que las cosas se colocarán.
Primero tenemos que tener alma
ResponderEliminarSi atendemos a lo que dice el cristianismo, todos los hombres tenemos alma. Otras teorías afirman que los animales también la tienen. Pensar que algún ser humano carece de ella es una visión muy pesimista del mundo, aunque a veces nos resulte increíble comprender algunas actuaciones de los demás.
ResponderEliminarGracias por tu apoyo.